TOMIO KIKUCHI, nació en Japón en la provincia de Tochigui el 12 de febrero de 1926. Vino al Brasil en 1955 y se nacionalizó Brasilero el 20 de abril de 1972.
Vivió su infancia y adolescencia en la propiedad rural de sus padres hasta su juventud, cuando fue llamado para combatir en el frente de la II Guerra Mundial, donde fue gravemente herido en combate.
Considerado muerto por las Fuerzas Armadas Japonesas, enfrentó, juntamente con algunos compañeros sobrevivientes, dos años de persecución y penurias, hasta conseguir retornar a su hogar.
Después de recuperarse físicamente, se dirigió a Tokio donde realizó estudios universitarios en diversos campos. En medio de la infernal atmósfera creada por la derrota Japonesa, buscó desesperadamente algo que diera sentido a su vida. En esa época, encontró al Dr. Radhabinod Pal, Presidente de la Universidad de Calcuta y de la Asociación de Derecho Internacional, quién lo impresionó fuertemente con sus conferencias proferidas en Tokio para buscar el surgimiento moral de la juventud Japonesa.
Otro inspirador del Profesor Tomio Kikuchi fue el Sr. Yukio Ozaki, diputado que luchó en pro de un gobierno mundial que transcendiese a los intereses exclusivamente nacionalistas. Ozaki correspondía tanto a las expectativas del pueblo Japonés que jamás gastó un centavo para elegirse diputado, cargo que ocupó durante 60 años consecutivos, considerado como el mandato político más largo de la historia mundial.
El Profesor Tomio Kikuchi también fue motivado por el Dr. Kenzo Futaki, médico y científico altamente reconocido por la comunidad científica internacional en el hecho de haber descubierto la espiroqueta de la peste bubónica. El Dr. Futaki tuvo éxito al transcender los límites del discernimiento puramente tecnológico en diversas áreas, convirtiéndose en un hombre de gran valor para la humanidad.
Después de terminar los estudios universitarios, Kikuchi empezó a dedicarse activamente a levantar la moral del pueblo Japonés, que había sido prácticamente destruida por la derrota sufrida en la II Guerra Mundial.
En el desarrollo de ese trabajo conoció al Profesor Georges Ohsawa (Nyoiti Sakurazawa), sintetizador y divulgador de un conjunto de confirmaciones de la naturaleza, a las cuales denominó como PRINCIPIO UNIFICADOR. Simple en su formulación, ese principio es una de las palancas verbales más potentes descubiertas por el ser humano. Es un principio capaz de permitir a quien lo conoce un comportamiento adecuado en medio de todos los fenómenos y situaciones, constituyéndose también en un discernimiento criterioso con relación a las teorías y técnicas de la ciencia, el arte y la filosofía.
Dudoso en un comienzo, frente a la simplicidad de estas enseñanzas, Kikuchi fue gradualmente confirmando el valor de la personalidad de Ohsawa y entonces se convirtió en su discípulo.
Enfrentó entre 1948 y 1953, una disciplina estricta y rigurosa como miembro del Instituto Principio Único, entidad ésta que tuvo por objetivo la preparación de líderes responsables para la sociedad. Fue director de la Escuela MAISON IGNORAMUS y responsable por el departamento editorial CENTRO DE ESTUDIOS GEORGES OHSAWA, en Tokio. Estimulado por Ohsawa, se dedicó al estudio de la medicina transformal, orientando a personas enfermas, incluyendo casos considerados como desahuciados por la medicina formal convencional.
A su llegada a Brasil en 1955 vino con firmes propósitos de autorrealización y transformación social. Desde entonces viene desarrollando y divulgando un proceso educativo vitalizante y evolucionario basado en la educación simultánea de pensamiento, sentimiento y voluntad a través de la práctica del autocontrol de la alimentación mental, la alimentación física, la respiración y el movimiento.
Atento a la precariedad de la condición humana moderna y convencido de la imposibilidad de existencia de una individualidad potente sin una sociedad competente, Kikuchi viene formando gradualmente un sistema educativo en función de la necesidad de supervivencia y de su compromiso de evolución solidaria.
Desprovisto de preconceptos discriminatorios de cualquier especie, ya sean étnicos, místicos, políticos o sexuales, y sin finalidad lucrativa, ese sistema educativo está siendo liderado por el Instituto Principio Único, el Centro Internacional de Autoeducación Vitalicia, la Comunidad Escuela Musso, la Academia de Aikido Mussubi, la Escuela de Nutrición Satori y la Editorial Musso Publicaciones, entidades que funcionan en San Paulo, Brasil.
Al llegar a tierras Brasileñas con casi treinta años de edad, Kikuchi tuvo que enfrentar la difícil barrera de la lengua extranjera. A pesar de eso, hoy es indudablemente el inmigrante de origen Japonés con el mayor número de obras editadas en Portugués. Son libros que responden desde las cuestiones fundamentales para la existencia humana (como la alimentación, el control de la salud/enfermedad o la sexualidad) hasta las dudas más complejas de carácter sentimental y espiritual, evitando responsablemente tanto el tecnicismo como el misticismo, Kikuchi es uno de esos raros autores que consiguen determinar lo que hay de esencia universal en la milenaria cultura de extremo Oriente, hasta volverla accesible y aplicable en los días de hoy por cualquier persona y en cualquier lugar.
Es así como se diferencia de muchos que, por ignorancia u oportunismo, caen en el “Orientalismo” y en la explotación lucrativa del folclor, el esoterismo y la mistificación.
El Profesor Kikuchi viene acompañando de cerca el desarrollo de los acontecimientos mundiales, consciente de la importancia de esta época para la determinación de estrategias y procesos que posibiliten a los individuos y colectividades la supervivencia evolucionaria frente a los actuales conflictos que la humanidad está confrontando. Así en la década de los 90s, el profesor desarrollo un exhaustivo programa de seminarios, conferencias y conversaciones con líderes de los países de Europa Occidental, el este Europeo y los que pertenecieron a la Unión Soviética, como también de Japón, Estados Unidos y Cuba.
Igualmente destacable es el viaje de confirmación del foco de la potencia histórica occidental, realizado por el Profesor Kikuchi en 1997, en el cual recorrió Lisboa, Roma, Catania, Siracusa, monte Sinaí y París. Como reconocimiento a la labor que viene prestando a la población de San Paulo con su trabajo educativo desde hace más de cincuenta años. El Profesor Kikuchi fue condecorado en 1998 por la cámara municipal de San Paulo con el titulo de “Ciudadano Paulista”.
En América Latina ya existen centros de estudio y actividades, bajo su orientación, en la mayoría de las capitales de diversos países y en casi todos los estados Brasileños.
El Profesor Tomio Kikuchi vive en Sao Paulo, Brasil, con su esposa Sra. Bernadette Kikuchi y cinco hijos.