Bombones blanco y negro “la lección”
Esta es una receta francamente sencilla de hacer, resultona y que goza de gran aceptación. Quién dice “no” a un bombón y menos si son tan ricos y tan poco empalagosos.
Además, representa una buena oportunidad para compartir un rato con los niños en la cocina haciendo bolitas (trabajo de psicomotricidad con comida en lugar de plastelina) y acercarlos al mundo culinario saludable. ¡Cuidado con comérselos antes de tiempo!
Y por supuesto es una receta sana, super natural, sin azúcar y sin harina ni gluten.
Sobre los ingredientes:
El boniato es un tubérculo anaranjado (no solanácea como la patata) que resulta muy dulce, textura melosa, suave y consistente a la vez. Por sus características representa una base ideal para postres sanos, ya que pese a contener bastantes azúcares, por eso es dulce, no tiene nada que ver con el azúcar que precisamente estamos evitando. Y además nos aporta una gran riqueza de antioxidantes en forma de betacarotenos, llegando a considerarse un superalimento que se ha puesto de moda en lo últimos años. Ya no es algo desconocido o que se coma solo en la castañada (como hacía yo de pequeña), ahora están el mercado durante todo el año.
Para extraer el máximo dulzor aconsejo cocinar los boniatos al horno con piel. Para cocinar al horno sólo debemos lavar y depositar en una bandeja de horno para cocinar a 180ª durante el tiempo que precisen para que estén tiernos y se puedan pinchar (depende mucho del tamaño de los mismos). Sugiero que los boniatos sean de similar tamaño para nivelar tiempo de cocción. Puedes cocinar de más y dedicar una parte para los bombones y otra para comer tal cual en platos salados o hacer incluso una crema. Para no encender el horno solo para los boniatos intento aprovechar la cocción de otras recetas al horno.
En esta receta el boniato nos aporta “verdadero alimento” y textura melosa. Y además con la funcionalidad de reducir la proporción de la parte contundente de combinación de fruta seca y fruto seco. Así, podemos escoger la cantidad de boniato al gusto, a más boniato más volumen, más blanditos y suaves, y a menos boniato más duros, y más intensos en sabor y en calorías (también más caros).
La fruta seca que puede ser tanto pasas, como orejones, como dátiles nos aporta gran dulzor para el bombón, aunque el dátil es el que más dulce por diferencia, y dentro de los dátiles, si son medjuol aún son más dulces.
El fruto seco es, nutricionalmente hablando, la parte lipídica, con grasas saludables, y además proteica. Nos aporta agradable textura granulada con sabor y aroma.
Para extraer el máximo de potencial organoléptico y que sean más digestivos, lo ideal es que los frutos secos estén muy ligeramente tostados (sin degradar sus ácidos grasos).
Pueden ser nueces para bombones de nueces, pistachos para bombones de pistacho…pero sin duda el clásico para algo chocolateado es la avellana (para ir más rápidos la podemos comprar fácilmente ya tostada y sin sal)
El cacao en polvo prefiero que sea “normal”, es decir, no desgrasado como comercializan muchas marcas. Lo ideal es todo lo más natural posible, sin quitar cosas. Sobre el tema de eco y de comercio justo está claro que mucho mejor.
No aconsejo excederse en cacao porque puede restar dulzor. Si quieres puedes ir probando, ya que se puede comer la masa.
Otra alternativa al cacao, si se desea, es la algarroba en polvo con otras propiedades y resultado final similar.
Otros complementos que casan con el postre son la piel de cítrico como mandarina o naranja eco o no tratada (los pesticidas y químicos están sobre todo en piel). Pero mucha atención a no pasarte, en especial rallando parte blanca que amarga y estropea la receta.
Nos aporta aroma y chispa que rompe con el amargo del cacao y además obtenemos preciosos fitonutrientes y flavonoides con propiedades antiinflamatorias y que favorecen la digestión.
El coco rallado para rebozar va genial. Es un nutritivo ingrediente, aromático para el bombón por un lado, que mejora la consistencia por el otro ya que lo endurece un poco y además está la ventaja que se evita que se pegue el bombón en los dedos al cogerlo.
La otra opción es el cacao en polvo que intensifica mucho el aroma a cacao. O para los que no le guste el coco (hay pocas personas, pero siempre hay quien no lo soporta), también hay está opción.
Tú escoge a tu gusto. Yo muchas veces los hago solo de coco.
Sugerencias:
Como la mayoría de los postres, están más ricos al día siguiente, bien reposados.
Si los pones en el congelador un ratito antes de tomar, por ejemplo, poner en el congelador antes de comer para tomar de postre, te sorprenderán.
Se pueden presentar “monísimos” encapsulados en moldes de papel para hacer micro magdalenas.