El dátil quizás sea, debido a su alto contenido en hidratos de carbono, uno de los mejores reconstituyentes naturales que existen. Después de un esfuerzo físico considerable, este fruto consigue reponer fuerzas en un santiamén.
Su nombre científico es Phoenix dactylifera L. y es el fruto de las llamadas palmeras dactileras. Su alto contenido en azúcar –alrededor de un 70%- lo convierten en un magnífico edulcorante. Presenta múltiples variantes, siendo las más conocidas y extendidas Sahidi, Medjool y Kadrawi.
La palmera dactilera es originaria de Oriente Medio, aunque su gran capacidad de adaptación a cualquier tipo de terreno y condiciones atmosféricas ha permitido que se extienda su cultivo prácticamente a todo el mundo. No obstante, hasta la Guerra del Golfo, Irán e Irak eran los primeros productores mundiales de dátiles. No es de extrañar, pues, que para la tradición musulmana la palmera dactilera sea considerada como la “fuente de la vida”.
El dátil contiene, como fruto para el consumo humano, vitaminas A, D, B1, B2, B3, B9 y C, así como calcio, hierro, magnesio, potasio, sodio, cinc, manganeso, cromo, cromo, cobre y yodo. La presencia de vitaminas del grupo B confiere al dátil propiedades vigorizantes, siendo muy recomendada su inclusión en dieta para mejorar estados de fatiga y debilidad física.
Su alta aportación energética contrasta con un bajo contenido en proteínas –aproximadamente un 2%- siendo así muy recomendable su consumo en casos de insuficiencia renal. Por otro lado, su alto contenido en mucílagos proporciona también beneficios notables a la hora de tratar el estreñimiento.
Por último, también han sido probados los beneficios que aporta en el tratamiento de males como el asma, la bronquitis, los catarros y otros problemas de las vías respiratorias.
Su nombre científico es Phoenix dactylifera L. y es el fruto de las llamadas palmeras dactileras. Su alto contenido en azúcar –alrededor de un 70%- lo convierten en un magnífico edulcorante. Presenta múltiples variantes, siendo las más conocidas y extendidas Sahidi, Medjool y Kadrawi.
La palmera dactilera es originaria de Oriente Medio, aunque su gran capacidad de adaptación a cualquier tipo de terreno y condiciones atmosféricas ha permitido que se extienda su cultivo prácticamente a todo el mundo. No obstante, hasta la Guerra del Golfo, Irán e Irak eran los primeros productores mundiales de dátiles. No es de extrañar, pues, que para la tradición musulmana la palmera dactilera sea considerada como la “fuente de la vida”.
El dátil contiene, como fruto para el consumo humano, vitaminas A, D, B1, B2, B3, B9 y C, así como calcio, hierro, magnesio, potasio, sodio, cinc, manganeso, cromo, cromo, cobre y yodo. La presencia de vitaminas del grupo B confiere al dátil propiedades vigorizantes, siendo muy recomendada su inclusión en dieta para mejorar estados de fatiga y debilidad física.
Su alta aportación energética contrasta con un bajo contenido en proteínas –aproximadamente un 2%- siendo así muy recomendable su consumo en casos de insuficiencia renal. Por otro lado, su alto contenido en mucílagos proporciona también beneficios notables a la hora de tratar el estreñimiento.
Por último, también han sido probados los beneficios que aporta en el tratamiento de males como el asma, la bronquitis, los catarros y otros problemas de las vías respiratorias.
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