El invierno es la época de máxima interiorización, la época más oscura del año, con días muy cortos, frío y humedad. En términos macrobióticos: la época más yin del año.
En invierno la energía comienza a fluir más lentamente. Esto se refleja con mucha claridad en la naturaleza. La actividad energética que antes estaba en el tronco y las ramas de los árboles desciende para recogerse en las raíces. La naturaleza se recoge hacia dentro, reponiendo fuerzas y acumulando reservas para la llegada de la primavera. Incluso hay algunos animales que hibernan acumulando también toda su energía en su interior.
De la misma manera, también nosotros nos recogemos y necesitamos nutrirnos de una forma diferente. Ahora, necesitamos la energía de alimentos que generen más calor, que concentren en profundidad y que refuercen.
Si imitamos los ritmos naturales y aprovechamos el invierno para nutrirnos y reforzarnos, al llegar la primavera dispondremos de la fuerza necesaria para unirnos a la energía expansiva y ascendente que la caracteriza.
Así, en estos meses la alimentación se basará en platos más calientes y concentrados. Utilizando cocciones más largas, con más fuego y a presión, con más uso de aceite y sal y menos agua: Sopas, cremas, guisos y estofados, salteados largos, al horno….
Conviene reducir los crudos, las ensaladas y bebidas frías al mínimo. Si escuchamos nuestro cuerpo, nos daremos cuenta de que ya no nos apetecen platos refrescantes ni beber mucho líquido, sino platos más consistentes y calientes.
Esta época del año es la ideal para reponer nuestras reservas de minerales, oligoelementos, y grasas de manera inteligente.
Si nos alimentamos con excesos de grasas y productos animales para calentarnos, probablemente lleguemos a la primavera sintiéndonos pesados y aletargados y nuestra energía no podrá subir al mismo ritmo que la energía expansiva y ascendente de la primavera. Entonces, nos sentiremos cansados, somnolientos y probablemente suframos de alergias y astenia primaveral. Todos estos síntomas suelen indicar que el hígado está sobrecargado intentando depurar el exceso de toxinas acumuladas en el cuerpo durante los meses invernales.
Sin embargo, si utilizamos los estofados de legumbres y cereales nos calentaremos y mantendremos nuestro organismo limpio.
Alimentos armonizadores:
Cereales: podemos aumentar la cantidad de cereal que consumimos con cada comida para hacerla más consistente. El cereal típico de invierno es el trigo sarraceno pues es muy calorífico y contractivo. Además podemos utilizar el mijo, la avena, y variedades de trigo para preparar nutritivas cremas para el desayuno y reconfortantes y sabrosos platos como el pastel relleno o el puré de mijo y coliflor.
Legumbres: Ahora es el momento de volver a los guisos de lentejas y los estofados de alubias cocinados a fuego lento. La alubia azuki es la ideal para esta época del año. Cocinada con cebolla y calabaza quedará dulce y deliciosa. Hay muchísimas y variadas recetas de legumbres que puedes incluir en tus menús, ¿Te apetece probar unas lentejas con cilantro? deliciosas… ¿o prefieres un guiso invernal de garbanzos?
Verduras: Las mejores en esa época son las verduras de raíz, pues aportan gran cantidad de minerales y son ideales para cocciones largas y elaboradas que calientan nuestro organismo en profundidad. La kimpira es un tipo de cocción ideal para estas verduras.
Si no lo has hecho antes prueba a preparar una crema de chirivía o apionabo. Atrévete con unas verduras al papillote: zanahoria, cebolla, colinabo, boniato…. con unas hojitas de laurel… ¿y qué tal un toque de canela?… También las puedes preparar escaldadas y salteadas ligeramente con un poquito de comino… te dejo la receta de verduras de raíz al comino…
No te olvides de incluir algo fresco en tus platos puedes preparar una ensalada prensada con poco de rabanito, nabo, daikon, col verde o lombarda….
Las crucíferas están en su mejor momento aprovéchalas para dar el toque de verdor a tus platos y el aporte de calcio y magnesio a tu organismo: coles de Bruselas, col verde, col gallega, brócoli, coliflor… ¿Has probado el pastel de coliflor y shiitake?
Algas: Incrementa su consumo para obtener un aporte extra de vitaminas y minerales que refuercen tu organismo y te ayuden a afrontar el frío sin debilitarte.
Puedes utilizar el alga kombu en la cocción de las legumbres, es una manera sencilla y práctica de consumirlas. Reducirá el tiempo de cocción y las hará más tiernas.
También la puedes tomar frita como chips. Fríela en abundante aceite, directamente sin remojar, y añade unas gotas de limón una vez en el plato, te sorprenderá!
Fruta: En esta época del año nuestro cuerpo necesita cerrarse y calentarse y la fruta cruda produce el efecto contrario: abre y nos refresca, por eso la fruta cocinada es ahora una buena opción.
Puedes preparar riquísimas compotas de manzanas y peras. No hace falta que utilices azúcar, si añades una pizca de sal, ayudarás a sacar el dulzor natural de la fruta. Además puedes añadir orejones y pasas para dar más dulzor.
Semillas y frutos secos: Las castañas son muy beneficiosas en esta época. Además, puedes añadir almendras, avellanas, nueces y piñones a tus desayunos, o tomarlos como snack entre horas.
Condimentos: Utiliza especias que calienten como nuez moscada, comino, canela y clavo. Y condimentos salados que ayudan a cerrar y calentar como la sal marina, el miso, el shoyu o el tamari.
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