Escribía hace unos días, sobre la importancia de incrementar el consumo de ensaladas y alimentos crudos de cara al verano; para poder así, ayudar a nuestro organismo a sentirse fresco y ligero.
La ensalada es una de las formas más sencillas de incluir verduras en nuestra dieta, pero no a todo el mundo le sienta bien. Hay muchas personas que tienen sensación de hinchazón en el abdomen después de tomar una sencilla ensalada de lechuga, e incluso acaban descansando mal si la toman por la noche.
Una manera sencilla de incluir verduras crudas y refrescantes es prepararlas prensadas.
La ensalada prensada es una preparación muy utilizada en macrobiótica; que nos sirve tanto en verano, como en invierno, ya que se puede preparar con casi toda clase de verduras: calabacines, pepinos… de clima cálido, o zanahorias, col, rabanitos… que crecen en estaciones más frías.
La ensalada prensada ofrece muchos beneficios para nuestra salud:
- Es mucho más digestiva que la ensalada cruda, ya que el efecto de la sal en la verdura podríamos decir que la “cocina” facilitando su digestión.
- Cuando prensamos las verduras con sal, facilitamos que eliminen el líquido que contienen, y esto es especialmente interesante para personas que sufren de retención de líquidos e hinchazón.
- Durante el prensado de las verduras comienza a darse un proceso de fermentación, cuyos efectos sobre nuestro sistema digestivo van a ser muy interesantes:
- Comienza un proceso de pre-digestión que facilitará la asimilación del alimento.
- Como cualquier fermentado nos proporciona bacterias beneficiosas para nuestra flora intestinal.
Veamos la receta:
Ingredientes:
1 zanahoria rallada
1 pepino cortado en rodajas finas
8 – 10 rabanitos cortadas en rodajas finas
1 puñado de uvas pasas (opcional)
1/2 cucharadita de sal
1 prensador de verduras o 2 ensaladeras del mismo tamaño
Elaboración:
Una vez tengas las verduritas cortadas colócalas dentro de la ensaladera.
Añade la sal y amasa suavemente las verduras hasta que notes que comienzan a soltar agua y se ponen húmedas.
Si esto no ocurriera es que necesitan un poco más de sal.
Añade ahora las pasas.
Las pasas darán un sabor dulzón y relajante a la ensalada. Además, como las verduras continuarán soltando agua, ayudarán a que las pasas se hidraten y se digieran fácilmente.
Coloca ahora la otra ensaladera encima y sobre ella algo de peso.
Puedes utilizar alguna piedra, ¡¡si es que tienes alguna en casa!! paquetes de legumbre o cereales harán la misma labor.
Es importante que haya suficiente peso para ayudar a expulsar el agua.
Déjala que repose como mínimo media hora.
Puedes dejarla durante más tiempo, incluso de un día para otro.
Cuando vayas a servirla, escurre el exceso de líquido y… ¡disfrútala!