lunes, 25 de marzo de 2019

Arroz sin leche




Arroz sin leche “la lección”
Pág. 82
“Arroz sin leche” es todo un ejemplo de opción paralela al postre típico español “arroz con leche”. 
Vamos a ver una versión con arroz integral, 100% vegetal y sin azúcar. Solo canela y limón comparten cartel con el tradicional. Nuevas inquietudes, evolución.

Ingredientes
Como resulta obvio, el arroz integral es el ingrediente principal de esta receta. Según la macrobiótica es el Rey de los cereales, en realidad de todos los alimentos, el centro del centro, el superalimento por excelencia. Por tanto, desde este punto de vista, sería un postre de los mejores, y de todas formas, por lógica, es una excelente elección.
Por otra parte comentar que en los últimos tiempos la reputación del arroz se ha visto salpicada por la sombra del arsénico. De la noche a la mañana, un alimento con etiqueta de saludable como el arroz integral, incluso eco, pasó a ser una vía de envenenamiento. Me parece inverosímil. Y es que resulta incompatible con la premisa de que durante miles de años ha sido la base de la alimentación de culturas consideradas de las más longevas del Planeta. Yo no voy a dejar de comer arroz integral, pero lo que sí reconozco es que he cambiado un poco el modo de prepararlo (por si las moscas) y es dejándolo en remojo antes de cocinar y tirar esa agua, ya que por lo visto, gran parte del arsénico se queda en el agua de remojo. Por otro lado, ya de paso, como el grano en remojo se abre, se prepara para germinar, también resulta más digestivo.
Vamos a repasar cómo cocinar arroz integral básico:
Ingredientes:
250 g arroz integral redondo (en crudo)
600 ml de agua de calidad 
Pizca sal marina.
Preparación
Inundar el grano de agua y dejar en remojo durante toda la noche.
Colar y colocar en una olla, verter el agua nueva y llevar a ebullición tapado a fuego medio.
Añadir pizca de sal marina y volver a tapar.
Bajar el fuego al mínimo y dejar cocinar durante unos 35 min. 
Lo interesante es ver cómo al grano el queda un pelín, es decir, se ve una puntita minúscula de otro color. Con el reposo se acabará de cocinar.
Retirar del fuego, remover y dejar reposar.
Listo para usar como quieras. 
Nota: Tomado una vez enfriado, resulta que el pico de insulina es menor, por lo que podríamos decir que es más respetuoso con el deterioro del metabolismo y de paso que engorda menos.

Otro ingrediente importante es la leche vegetal para recocer el arroz. La de arroz o avena, son dulzonas y se pueden emplear, pero desvirtúan un poco el postre. De soja queda mucho mejor la textura, con más cuerpo, parece más leche. El tema de la leche de soja es que también ha tenido muy mala prensa últimamente. En todo caso como es cocinada los posibles problemas de resultar indigesta se minimizan. Y para un postre no le daría más vueltas. Sobre la cantidad a emplear se puede hacer a ojo, simplemente debe hacer “chup chup” durante unos 30 min. hasta conseguir una textura cremosa. 
Nota: Si abres un brick, puedes emplear el resto en otra receta como bizcocho. 

El endulzante que he escogido es melaza de arroz, el favorito de la macrobiótica, pero se puede sustituir por otro como azúcar de coco o incluso por pelín de miel de calidad. A parte de nuestro gusto personal, dependiendo de la bebida vegetal empleada necesitaremos endulzar más o menos (leche de soja requiere más endulzar que otras opciones). En todo caso me decanto porque el resultado final sea relativamente poco dulce y ofrecer azúcar de coco para servir y subir el tono del dulzor al gusto del comensal. Lo bueno es que se puede probar al apagar el fuego y decidir el punto exacto de dulzor deseado.

La cáscara de limón es una gran fuente de antioxidantes. Eso sí, cuidado con pasarnos de cantidad o coger de la parte blanca que amarga. Podemos subir el tono del limón con piel de limón rallada que aromatiza la ración. Y en este caso, más que nunca, limones eco o no tratados químicamente (durante mucho tiempo se han empleado ceras de derivados del petróleo), ¡que nos comemos la piel! 

Canela, sí, otra vez, coincide ingrediente mundo tradicional y alternativo como denominador común, y es que si además de rico, es sano (digestivo, favorece circulación, control peso, hipoglucemiante), al saco. 
En rama, nos irá genial para cocer y en polvo para decorar y de paso aportar sutil dulzor. 

Técnica
Cuidado con la leche de soja que con facilidad sube y rebosa y además se pega en el fondo de la olla como te descuides con la intensidad del fuego.
Tener en cuenta que al enfriar espesa más, así que lo idóneo es que no quede muy denso al retirar del fuego.  
Puedes repartir en raciones y guardar en la nevera o dejar todo en una recipiente de ahí ir sirviendo. Como os vaya mejor.
La canela en polvo también la puedes dejar para que cada comensal se sirva al gusto.

Sugerencias
A nivel organización es una buena manera de reciclar las sobras de arroz integral, que supuestamente forma parte de una dieta saludable, en uno de los más sanos y nutritivos postres. Por ejemplo, tengo arroz integral ya hecho en la nevera y nada de postre. Solución a la vista. ¡Con lo ultra sencillo que es!  Recocer a fuego bajo el arroz con leche vegetal, endulzar, aromatizar y listo.  Un truco de optimización de recursos que empleo normalmente. Cocinar arroz, emplear una parte para comer y el resto recocinar para hacer el postre en la misma olla sin ensuciar más cacharros.
Si la comida/cena ha resultado escasa de hidratos de carbono, este postre complementa perfectamente el menú.
¡Y además te sirve como base del desayuno con topping de semillas, frutos secos, frutas rojas...! ¿No es recomendable tomar cereal? Pues toma ya. Eso sí, en invierno mejor no tomar frío de nevera, servir por ejemplo calentado al baño maría.

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